Aprovechar una oportunidad debería ser algo que hacemos sin pensarlo.
¿debemos aprovechar todas las oportunidades sin excepción?
Aprovechar una oportunidad, siempre conlleva algo de riesgo, pero lo tomamos sabiendo que el beneficio puede ser mucho mayor.
Sin embargo nos encanta hacer nuestra «carta a Santa Claus» en la que soñamos con todo lo que vamos a hacer en el momento en que la oportunidad «llegue», dando por sentado que no tenemos que buscarla.
En esta vida, la mejor situación para un ser humano es cuando logra un equilibrio entre la estabilidad y la incertidumbre, ya que demasiada estabilidad es muy aburrido y demasiada incertidumbre es muy desgastante.
Sin embargo, hay veces que NO aprovechar una oportunidad, puede ser una buena opción, dependiendo del momento y de las circunstancias en las que se nos presenta.
«La historia de Juan, el Sacristán».
Me gusta mucho esta historia porque ejemplifica muy bien lo que puede pasar cuando dejas ir una oportunidad.
La historia habla de un joven campesino que no tenía ni para comer. Para efectos de la historia, le vamos a llamar «Juan».
Un día, saliendo de misa vió un anuncio en la iglesia del pueblo que decía:
«Vacante disponible como sacristán de esta parroquia. No hay sueldo, pero ofrecemos techo y comida».
En su desesperación, entró a la sacristía a hablar con el sacerdote y se entrevistó con él. Después de un rato,
El sacerdote dijo: «veo que eres un muchacho decente y trabajador, por lo que no veo problema de que seas el sacristán de esta iglesia. Nada más necesito que firmes esta hoja para enviarla a la Diócesis».
En ese momento, el joven respondió: «padre, no sé leer ni escribir, nunca tuve la oportunidad de aprender», a lo que el padre respondió:
«Juan, es una verdadera pena que no sepas leer ni escribir porque es un requisito indispensable para poder ser sacristán. Lamentablemente no puedo darte el puesto, mucha suerte y que Dios te bendiga».
Hay muchas formas de aprovechar una oportunidad:
El pobre salió muy triste de la iglesia y empezó a caminar sin rumbo fijo, cuando de repente se encuentra una gallina y logra atraparla. Tenía mucha hambre, pero en vez de comérsela, decidió venderla y con ese dinero comprar algo de comida y guardar una parte.
Juan vendió la gallina, con lo que le alcanzó a comprar un pan y le quedó suficiente dinero para comprar otra gallina. Al poco tiempo, Juan se dio cuenta de que resultó ser muy hábil para el comercio y poco a poco fue teniendo más gallinas y por lo tanto, más dinero.
El éxito inesperado.
Después de algunos años, Juan Logró crear un pequeño «imperio avícola» y la suficiente cantidad de dinero como para tener que abrir una cuenta de banco.
En el banco estaban impresionados de que nunca habían oído hablar de Juan, pero también estaban felices de abrir una nueva cuenta con esa cantidad de dinero.
Cuando llegó el momento de firmar el contrato con el banco, Juan se vio en la misma situación de hace unos años, cuando estaba frente al sacerdote y les dijo: «Perdón, pero no sé leer ni escribir», a lo que el gerente del banco exclamó:
«Si ha logrado juntar todo ese dinero siendo un analfabeta, me imagino lo que hubiera pasado si supiera leer y escribir», a lo que Juan, en tono burlón respondió:
«Si yo hubiera sabido leer y escribir desde hace años…hoy sería el sacristán en la iglesia de mi pueblo.
Moralejas:
Este historia tiene varios aprendizajes:
a) A veces hay oportunidades que es mejor dejarlas pasar, que aprovecharlas.
b) Cuando una puerta se cierra, se abre otra…(no pregunten por qué, pero siempre pasa).
c) Si te topas con una oportunidad que vale la pena, no lo pienses y aprovéchala.
La idea de este artículo es plantear algunas razones por las que podríamos dudar sobre si debemos ó no, aprovechar una oportunidad.
Estas son, en mi opinión, las 5 Razones por las que no nos atrevemos a aprovechar una oportunidad:
1.- «Tengo otras opciones».
2.- «Ya vendrán más y mejores oportunidades».
3.- «No es el momento».
4.- «Esa Oportunidad no es para mí».
5.- «No tengo los recursos para aprovecharla».
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1.- «Tengo otras opciones».
A veces dejamos de aprovechar una oportunidad porque nuestra situación actual es bastante cómoda y no queremos arriesgarnos a salir de nuestra «zona de confort», que es un lugar en donde no pasa nada malo…pero tampoco pasa nada bueno.
Sin embargo, hay situaciones en las que nos vemos obligados a salir de nuestra zona de confort. En ese momento, es posible que estemos ante una «oportunidad forzada». Me explico:
«Oportunidades Forzadas»
Un claro ejemplo de una oportunidad forzada, es justamente la historia de «Juan, el que no pudo ser Sacristán»
La búsqueda de oportunidades nos puede llevar a lugares inesperados. Uno de estos lugares el el de las «Oportunidades Forzadas»
Una “oportunidad forzada” es aquella en la que «no nos queda de otra», mas que aprovecharla.
Se trata de oportunidades que se nos pueden presentar porque perdimos nuestro empleo, tuvimos que cerrar nuestro negocio o alguna otra circunstancia propia de estos tiempos de crisis y de pandemia, ó simplemente por alguna coincidencia de eventos desafortunados.
Este tipo de oportunidades se puede presentar cuando a lo mejor querías independizarte y no te atrevías a dejar tu trabajo por perder tu estabilidad económica.
Sin embargo, las circunstancias han cambiado y ahora te ves en la necesidad de aprovecharla, ó estabas muy cómodo en tu zona de confort y te viste obligado a dejarla.
Desde luego no es fácil aprovechar una oportunidad para la que no estabas preparado y menos aún cuando no estaba en tus planes arriesgarte.
A eso hay que añadirle el hecho de que no tenias planeado hacer cambios en tu vida en ese momento.
La principal ventaja de las oportunidades forzadas es que prácticamente no hay incertidumbre, no te queda de otra más que arriesgar el todo por el todo. No hay marcha atrás y no hay «medias tintas».
Así que, si ya te decidiste y vas a aprovechar una oportunidad, concéntrate en ella, estúdiala, aprovéchala y disfrútala.
2.- «Ya vendrán más y mejores oportunidades».
Desde luego, estoy convencido de que siempre llegan nuevas oportunidades y aunque siempre están a la mano, muy pocas veces están a la vista.
3.- «No es el momento».
La palabra «Oportunidad», proviene de. «Oportuno» y esto es porque se trata de una situación que llega justo a tiempo. El tema aquí es que no sabemos si llega a tiempo para nosotros ó para alguien más.
Seguramente, más de una vez has dicho: «Si esta oportunidad se me hubiera presentado hace un par de años, otra cosa sería»…y también hemos pensado que no es el momento, porque es «demasiado pronto».
El problema es que las oportunidades están llenas de incertidumbre y si estás esperando a que te llegue algún tipo de «señal divina» para tomar una decisión, puedes esperar sentado.
Si tienes dudas sobre si «es el momento» para aprovechar una oportunidad…es porque «es el momento» de escuchar a esa voz interna que casi nunca escuchamos y que casi siempre tiene la rezón. Necesitamos confiar en nuestros instintos.
4.- «Esa oportunidad no es para mí».
Es importante ser muy honestos con nosotros mismos al momento de decidir si una oportunidad es para nosotros o no.
A veces podemos «agandallar» una oportunidad que para nosotros no es tan buena, pero para alguien cercano a nosotros, pudo ser la oportunidad de la vida, pero por el otro lado, también podemos desaprovechar una oportunidad que era perfecta para nosotros.
Una manera muy práctica de saber si una oportunidad es para tí, es hacer un pequeño escenario imaginario en el que estás tú, dentro de algunos años si la hubieras aprovechado…¿te gusta ese lugar?, ¿es lo que quería?, te imaginas a alguien que sería más feliz que tu en ese lugar?.
Si la respuesta a la última pregunta es «SI», no lo pienses mucho y permite que esa otra persona la aproveche. La vida da muchas vueltas y muchas veces el «ceder » oportunidades, nos puede traer muy buenas recompensas.
5.- «No tengo los recursos para aprovecharla».
Mi tío Santi, que era una persona con una gran sabiduría, me decía:
«Cuando paso por una agencia de Ferrari, me paro a ver los autos y me parecen realmente hermosos, pero son tan inaccesibles para mí, que no me preocupa no tener para comprar uno.
En cambio, cuando paso por una agencia de Nissan, Kía, etc y veo que con un enganche y ciertas mensualidades que sí puedo pagar, puedo comprar un auto, me pongo muy inquieto».
Por «inaccesible», no solo me refiero a la parte financiera, también es cuestión del tiempo, de las habilidades y de las capacidades que tenemos. Si no son suficientes y aún así tomamos ese camino, es muy probable que nuestro fracaso nos deja peor de como estábamos.
Por eso, cuando vemos que una oportunidad está totalmente fuera de nuestro alcance, debemos tomarla como una meta a alcanzar y debemos aprovechar aquellas oportunidades que nos acerquen a esa gran meta…Roma, no se hizo en un día.
¿Qué pasa cuando se no puedes aprovechar una oportunidad?…¿es el final del camino?.
Por supuesto que no es el final del camino. Aunque no lo creas, la vida nos ofrece oportunidades constantemente.
No importa la edad, la época ó la capacidad de cada quien, estamos rodeados de oportunidades que podemos y debemos aprovechar
Cuando hablo de tu Segunda Oportunidad, me refiero a la oportunidad de corregir los errores de oportunidades anteriores. De hecho, es muy poco probable que tengas éxito en tu primera oportunidad, siempre se necesita aprender de nuestros errores para corregir el rumbo.
Siempre hay nuevas oportunidades que están a la mano, pero no a la vista. Por eso debemos aprender a identificarlas y a decidir qué hacer con ellas.
Algo que les puede ayudar para tomar la decisión de aprovechar una oportunidad ó no, es saber calcular riesgos. Te comparto este artículo en el que encontrarás 10 herramientas para tomar riesgos calculados.
Este es el enlace: https://bit.ly/Tu2aOportunidadRiesgosCalculados
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